Las cerezas o guindas

Jugosas, maduras y refrescantes, esta fruta de verano está llena de antioxidantes.

El origen de esta fruta se sitúa en el Mar Negro y en el Mar Caspio, llegando después a Europa y Asia, por medio de las aves y las migraciones humanas.

En España, las cultivadas en el valle del Jerte (Cáceres) gozan de mucha popularidad, y se cultivan en muchos países del mundo, no sólo los de clima templado, también en Rusia. La OMS recomienda su consumo. Es aconsejable consumir las cerezas bien maduras, cuando lucen un rojo intenso, y no sólo porque resultan más dulces, si no porque los nutrientes están más concentrados.

Propiedades y beneficios

  • Depurativas: Las cerezas se usan como un depurativo intestinal desde hace siglos. Ayudan a eliminar toxinas, y esto es debido a que los pigmentos que les dan su color morado son las antocianinas.
  • Antioxidantes: Las antocianinas que contienen las cerezas son unos antioxidantes muy poderosos. Según unos estudios realizados en la Universidad de Arizona, las cerezas son la fruta que concentra mayor cantidad de flavonoides.
  • Combaten la inflamación muscular: Las antocianinas, pueden reducir la inflamación y los síntomas de la artritis y la gota. Debido a sus propiedades anti inflamatorias, las cerezas se aconsejan para combatir el dolor de tendones y músculos.
  • Contienen melatonina: Las cerezas son uno de los pocos alimentos que contienen melatonina, un antioxidante que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos de sueño del cuerpo.
  • Buenas para la memoria: La Asociación Americana contra el Alzheimer incluye las cerezas como parte de los alimentos beneficiosos para la memoria gracias a sus antioxidantes.

Entre los múltiples beneficios de las cerezas, también destaca que ayudan a combatir el estreñimiento, a regular los niveles de azúcar en sangre; fortalecen el sistema inmunológico; reducen la acumulación de gases intestinales y malestares digestivos; ayudan a relajar y calmar el estado de ánimo… Así que se trata de una fruta realmente saludable que vale la pena incluir en nuestra alimentación. Por todo ello, la OMS recomienda su consumo.

Cereza del Jerte- La Vera

La Cereza del Jerte incluye un grupo de variedades autóctonas con Denominación de Origen Protegida. Entre ellas, destacan las Picotas del Jerte, cuatro variedades locales del Valle del Jerte: Ambrunés, Pico Negro, Pico Limón y Pico Colorado.

La más dulce y que se produce en mayor cantidad es la primera. Son cerezas que se comercializan sin pedúnculo, crujientes y procedentes del Valle del Jerte (Cáceres, España) y los colindantes valles de La Vera y El Ambroz. Además, la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte certifica una única variedad de cerezas con pedúnculo, la Navalinda. También es una variedad local, más temprana que las Picotas del Jerte. Si las Picotas del Jerte llegan en junio a los puntos de venta, la Navalinda lo hace en mayo.

Estas variedades de cereza incluyen el distintivo de la denominación y se diferencian de cerezas desrabadas manualmente que se comercializan como picotas.

Diferencia entre picota y cereza

Son dos alimentos muy similares, pero tienen amplios matices en sabor, textura y color. Cada año en España se producen 97.000 toneladas de ellas.

Cada año miles de cerezas y picotas por estas fechas comienzan a copar los diferentes mercados en España y también en algunos países europeos. Entre el mes de mayo y julio se alcanza un producción próxima a las 97.000 toneladas. Resulta una temporada corta de recolección y también de consumo que vive a la sombra de los primeros calores del verano.

Uno de los mercados productores más importantes de España tanto de picotas como de cerezas se centra en el Valle del Jerte en Extremadura. Su variedad autóctona lleva su sello propio de calidad año tras año para el consumidor más exigente.

Las grandes diferencias entre una cereza y una picota se encontrarán en el sabor y la textura del producto. En el caso de la cereza responde a un alimento exquisito y de buena imagen cuando llega a la mesa o forma parte de un postre.

Otra forma visual de diferenciar una cereza de una picota es que la picota no lleva rabito frente a los ramilletes de tres cerezas. Sin embargo, en los últimos años también han proliferado algunas variedades de cerezas sin rabito por lo que se puede dar a confusión en una primera inspección visual.

Ganará también enteros una buena cereza por su color intenso y su configuración casi perfecta del prototipo de cereza. Mientras que las picotas tienen una tonalidad más oscura, su hueso es de mayor tamaño y también todo su conjunto. Aunque como elemento común tanto la picota como la cereza todavía hoy en día destacan porque su recolección es manual.

Para diferenciar también una cereza de una picota, además de su fácil consulta en el etiquetado de las cajas, también se puede tomar por referencia la época del año. Las primeras cerezas llegan en el mes de mayo y son de la variedad Navalinda. Mientras que las primeras picotas no están disponibles al consumidor hasta junio.

Por el contrario, la picota también podemos decir que es más fuerte y resistente. Su punto de unión con el pedúnculo es el rabito que se cicatriza de forma rápida una vez abandona el árbol.
Otra de las grandes diferencias entre la cereza y picota es su sabor. La picota tiene un sabor mucho más dulce e intenso frente a la cereza. Su sabor resulta dulce, carnoso y crujiente. Desde Cerezas del Jerte lo dejan claro, «todas las picotas son cerezas pero no todas las cerezas son picotas».

Curiosidades de la guinda

La guinda es el fruto del guindo, un árbol que conforma otra especie conocida como Prunus ceasarum. El guindo es muy próximo al cerezo y de hecho se le considera un cerezo silvestre, predecesor de las variedades cultivadas. Respecto a la guinda, es una cerecita roja oscura y pequeña, de regusto ácido.
Si bien en España no se le aprecia para consumo doméstico, en otros países tiene una alta cotización culinaria para elaborar confituras, así como para conservar en almíbares para repostería y coctelería, y también para elaborar licores y aguardientes como el marrasquino croata o el kirsch bávaro, muy célebres en sus respectivas zonas.

Historia del clafoutis o tarta de cerezas a estilo francés

La cereza es una de las frutas favoritas de los franceses, desde que entró en Francia en la Edad Media. Personalidades francesas como Luis XV disfrutaba tanto de estas frutas que promovió el desarrollo de nuevas variedades. A este monarca le debemos la optimización de la cultura del cerezo moderno.
Los puristas afirman que la tarta se debe cocinar sin quitar el hueso de la cereza y usando una variedad de cereza negra calidad ‘bigarreau’. De esta manera evitan que los jugos de las cerezas se mezclen con la harina ya que quedan dentro de la fruta. Sin embargo, esto puede resultar incómodo y más si hay niños en la familia. Mejor retira los huesos para evitar alguien pueda atragantarse. Esta tarta también se prepara con peras, manzanas o tomates cherry.

Alba López

TARTA DE CEREZA

Ingredientes para Tarta de cerezas para 4 personas

  • Cerezas – 600 g
  • Harina – 100 g
  • Azúcar – 60 g
  • Mantequilla –60 g
  • Huevos – 4 unidades
  • Leche – 200 ml
  • Vainilla azucarada – 1 cucharada
  • Sal – una pizca
  • • Azúcar en polvo – 60 g

Cómo hacer la receta de Tarta de cerezas

  • Precalentar el horno a 210 grados. Preparar un molde forrado con papel de horno.
  • En un recipiente con agua introducir las cerezas y agitar el agua unos segundos. Escurrir las cerezas. Eliminar los huesos y reservar.
  • Tamizar la harina con ayuda de un colador y combina con el azúcar, la sal y la vainilla azucarada. En otro recipiente batir los huevos.
  • Añadir 40 g de mantequilla en un cazo y a fuego lento. Cuando esté derretida añade al recipiente con harina, mezcla los huevos con la harina hasta lograr una textura homogénea.
  • Verter la masa del cafloutis y añadir las cerezas a la tarta.
  • Hornear durante 10 minutos a 210 grados, luego baja a 180 grados y cocina 20 minutos.
  • Transcurrido el tiempo de horno, dejar reposar un poco se sirve fría o tibia acompañada de azúcar glass.