Un breve recorrido por el ayer y el hoy de la más destacada arquitectura del vino en España
Las bodegas son un fiel reflejo de la cultura vinícola, y los edificios que las albergan han ido cambiando según las modas arquitectónicas del momento. Sus siluetas son muy variadas, la mayoría son un simple ejemplo de funcionalidad, de estilos determinados acordes con la época, otros con el entorno de la arquitectura popular de su enclave, los hay también que se quieren integrar en el paisaje -aunque algunas no lo consigan- y un ramillete escogido de ellos son verdaderas obras de arte, en algunos casos de rabiosa vanguardia.
En el siglo XlX, en Burdeos, los viticultores-bodegueros se acomodaban en sus fincas para compartir su hogar junto a las bodegas. Una buena parte de estos châteaux, como se llaman a estas propiedades, reflejan la nobleza y la exquisitez de sus fundadores. En este periodo, en España, las bodegas, denominadas ocasionalmente almacenes, adquieren una proyección más industrial. Sus instalaciones, con contadas excepciones, se ubican en la periferia de los núcleos urbanos, y ya empiezan a realizarse diseños sobresalientes.
González Byass en Jerez.
En el entorno bodeguero de la firma jerezana González Byass destaca la Real Bodega La Concha, cuyo proyecto fue confiado al ingeniero inglés Joseph Coogan. Se construyó por una fundición sevillana dirigida por los hermanos Portilla, “Portilla & White”, que se implantó en las cercanías de la Plaza de Armas. Las obras se iniciaron en 1868, concluyéndose dos años después. La bodega es circular, de un diámetro aproximado de 28 metros, siendo las cerchas y los pilares de hierro. La originalidad de esta férrea construcción, al margen de su belleza, reside en la ausencia de columnas, cualidad fundamental porque permite la facilidad de maniobra en este tipo de “almacenes”. La obra está rematada por un singular techo metálico en forma de concha marina. Hasta no hace mucho tiempo la autoría del proyecto se le venía asignando a Gustav Eiffel, pero gracias a los trabajos publicados por la doctora en arquitectura Mª José Yrabedra, en su libro “Arquitectura y cultura del vino”, se ha podido desmentir esta cuestión.
Codorníu en Cataluña.
En Cataluña hay otro conjunto arquitectónico que hay que señalar, Las Cavas de Codorníu. Una de las bodegas que albergan sus espumosos la diseñó Josep Puig i Cadafalch, que con el genial Gaudí está considerado uno de los grandes exponentes de la arquitectura modernista en nuestro país. El proyecto destaca por sus naves majestuosas, sustentadas en unos impresionantes arcos, y por la utilización del ladrillo cocido. El edificio, actualmente, está circundado por un entorno de extraordinaria belleza, donde resaltan los jardines con sus estanques, que forman un paraje admirable salpicado de modernismo mediterráneo. Fueron construidas en Sant Saturní d’ Anoia a finales del siglo XlX y primeros del XX, lejos en esa época del ferrocarril y de la carretera, por encargo del visionario Manuel Raventós, que veía claro que su bodega familiar tenía que estar situada en una finca cercana al viñedo, para poder controlar “in situ” todo el proceso de elaboración. Se declaró” Monumento Histórico Artístico” en 1976.
Bodegas de nuevo diseño en la Rioja.
El área que acoge a la Denominación de Origen Calificada Rioja está cuajada de gran tradición vitivinícola y bodeguera, y es el máximo referente de vinos tintos de calidad en nuestro país, no siendo en absoluto ajena a esta nueva revolución arquitectónica. Al margen de las bellas y sobrias construcciones, algunas de finales del siglo XlX o principios del XX y otras posteriores, esta zona asiste en un periodo corto de tiempo y efervescente a la implantación de una serie de proyectos muy remarcables de la arquitectura más contemporánea.
Bodegas Viña Real.
La casa riojana C.V.N.E. se fundó en 1879 en el barrio de la estación, en la localidad de Haro, por Isidro Corcuera y los hermanos Real de Asúa. Desde entonces han venido elaborando, principalmente, algunos tintos de gran calidad que son muy significativos dentro de nuestro panorama enológico. Cune, como se le denomina popularmente a está firma, ha sido siempre innovadora en tecnología, realizando últimamente un gran esfuerzo financiero con la creación de nuevas instalaciones en el montículo de La Mesa, en las afueras de la localidad alavesa de Laguardia. El autor es el arquitecto francés Philippe Mazières, experto en la ejecución de bodegas, no en vano proyectó el Château bordelés Branaire, entre otros. La construcción se desarrolló en un solar de 13.500m² y consta de unas naves de vinificación, de embotellado, almacén y expedición, oficinas y otras dependencias. Hay dos túneles horadados en la roca de 3.600m² de superficie con óptimas condiciones naturales de humedad y temperatura. El aspecto exterior se resuelve con líneas geométricas simples y la zona de fermentación está inspirada en una cuba de madera, teniendo forma de un cono truncado de un diámetro de 60m. en la base, 17m. de altura y 45m. en la cubierta. La bodega se llama Viña Real para rememorar un tinto emblemático de Cvne.
Marqués de Riscal.
“Me animé cuando abrieron una botella reserva de 1929, el año que nací y vi lo bueno que era”. Éstas fueron las palabras del arquitecto Frank O. Gehry y el hecho que le indujo a realizar el proyecto de los nuevos edificios adjuntos a las vetustas bodegas del Marqués de Riscal en el pueblo riojano de Elciego (Álava). Él no quería, en principio, construir ninguna bodega, desconocía ese campo y no le apetecía, pero el hecho de acercarse al mundo del vino y descubrir parte de su universo, le fascinó, percatándose de ese placer que sólo los grandes vinos son capaces de provocar. A simple vista, la obra de Gehry recuerda al Guggenheim por parte de los materiales utilizados -piedra, cristal, titanio, acero inoxidable, madera y hormigón- y por esas líneas tan peculiares, fascinantemente disparatadas y aparentemente desacordes que conforman una vertiginosa e impresionante geometría. El edificio se apoya en tres grandes pilares. Tiene unas alas metálicas doradas y plateadas y unos voladizos de acero inoxidable coloreados por electrolisis. Estos tonos están inspirados en la botella de los tintos de la casa (rojizos por el color del vino, la cápsula de plata y el color dorado de la malla que recubre la botella). El conjunto consta de un hotel de lujo de 43 habitaciones, gestionado por el grupo Harwood Hoteles & Resorts, un comedor que cuenta con la asesoría de Francis Paniego, del restaurante Echaurren de Ezcaray, un spa basado en la vinoterapia y hay también un centro de reuniones y de conferencias, entre otras dependencias. Fue inaugurado por los Reyes de España el 10 de octubre de 2006 y es ya uno de los referentes más lujosos y espectaculares del enoturismo en España.
Bodegas Ysios.
El grupo Allied Domecq, integrado ahora en Pernod Ricard, son los propietarios de un magnífico edificio diseñado por Santiago Calatrava en los alrededores de Laguardia (Álava). Calatrava ha querido fundirlo en el paisaje de este pueblo alavés que ofrece una orografía accidentada y es de una belleza extraordinaria, brillando en el conjunto la obra de este insigne arquitecto. La edificación se desarrolla de forma lineal, el relieve de la cubierta que es un elemento fundamental en la estética del conjunto, se asemeja al perfil ondulado de la sierra de Cantabria que se visualiza detrás de la bodega, los materiales empleados en su acabado exterior son de aluminio, que no desentona con la madera en absoluto y le aporta calidez. Además, estos materiales optimizan el dinamismo de esta espectacular obra. En el exterior se crea un juego visual de combinaciones entre las superficies convexas y cóncavas. El área construida asciende a 8.000 m², donde la vanguardia y la funcionalidad se dan la mano.
Pagos del Señorío de Arínzano en Navarra.
Julián Chivite forma parte importante de ese ramillete de bodegueros navarros que han apostado por situar en el segmento superior de la calidad a los vinos de esa Denominación de Origen. La familia Chivite adquiere la finca del Señorío de Arínzano en 1989. Está ubicada en Aberín, a escasos kilómetros de Estella, bañada por el río Ega, y atesora un conjunto de flores y fauna de un valor ecológico considerable. La propiedad data del siglo Xl. Al gran valor de la naturaleza hay que sumarle el extraordinario aporte arquitectónico de las construcciones de la finca. Hay una torre del Palacio de Cabo de Armería del siglo Xll coronada con solemnidad por unas pétreas estatuas que provenían del antiguo ayuntamiento de Pamplona; una pequeña iglesia de perfil neoclásico de principios del XlX y una casona del siglo XVlll. Estos tres edificios forman una estampa que ennoblece la propiedad, y si a esto añadimos la bodega, diseñada por el gran arquitecto Rafael Moneo, que contrarresta y arropa con maestría y buen gusto el resto de los edificios, la visión arquitectónica presenta una obra de magnifica estampa. La nueva construcción de Moneo consta de muros de hormigón abujardado y labrado, preparados para la acción de la intemperie, que funden su aspecto con el de la piedra de las construcciones aledañas. La estructura de las cubiertas es de madera, y están acabadas externamente con láminas de cobre, cuyo color aporta una innegable y sobria belleza. La construcción cuadrangular está formada por cuatro pabellones, uno para el prensado de la uva y la fermentación del mosto en cubas de acero inoxidable, otro donde tiene lugar la fermentación en madera, un tercero donde se disponen las barricas para crianza y la planta de embotellado, complementándose con el edificio que aloja las oficinas, la sala de cata y el almacén.
Otros proyectos
Hay todavía proyectos que son muy destacables, como el de los arquitectos Javier López y Jesús Manzanares en el Somontano. Nos referimos a las bodegas Enate en Barbastro (Huesca). Javier y Jesús rompieron una lanza, en su momento, en pos de está revolución arquitectónica que estamos viviendo.
Figuras de la talla de Norman Foster, han realizado en Ribera del Duero un encargo de la familia Martínez, propietarios, entre otras, de las Bodegas Faustino y Campillo en la Rioja Alavesa. La majestuosa bodega de Foster se denomina Portia y es de visita obligada, no solo para los amantes del vino, si no, para los de la arquitectura. Es de resaltar la obra del británico Richard Rogers en Peñafiel. La nueva bodega de Protos que ha proyectado este arquitecto desafiando a las viejas instalaciones de esta firma vallisoletana y contrastando con el majestuoso castillo de esta vetusta localidad bien, también, una visita
Jesús Flores Téllez
Enólogo. Crítico de vinos
Premio Nacional de Gastronomía