Hidromiel

Los orígenes de esta bebida son muy antiguos, remontándose a los pueblos vikingos, romanos o griegos.

El hidromiel o aguamiel es una bebida que se obtiene de la unión de agua y miel. Tras una fermentación producida por levadura, el proceso culmina en una bebida alcohólica.

La historia

Considerada como la bebida alcohólica más antigua de la humanidad, anterior al vino y probablemente precursora de la cerveza, su uso estuvo muy extendido entre los pueblos en la antigüedad. En Europa fue muy consumida por celtas, sajones y bárbaros del norte.

Los griegos le dieron el nombre de melikatron y los latinos le llamaron aqua mulsum.  En la invasión de Inglaterra por los romanos en el siglo I de nuestra era, encontraron una bebida elaborada con miel.

A pesar de que su consumo no se propagó, probablemente por el mayor auge de la cerveza, existen algunos indicios en el siglo XI y más adelante en el siglo XVI cuando aparece la tradición de la popular costumbre conocida como “luna de miel”.

Existen varias versiones sobre el origen de la tradición de la luna de miel. Algunos la ubican en Babilonia, hace más de 4.000 años, donde el padre de la novia daba al novio toda la cerveza de miel que pudiera beber durante un mes lunar (una luna). También se habla de ella entre los romanos, cuando la madre de la novia dejaba en la alcoba de los novios una vasija con miel para los novios.

Por otro lado, los Teutones en Alemania, quienes celebraban sus bodas solamente bajo la luna llena, ofrecían esta bebida a los novios durante los 30 días siguientes a la boda.

La expresión “luna de miel” se data en el siglo XVI y es atribuida al pueblo escandinavo, basada en una antigua costumbre y su significado es “el primer mes” o “la primera luna”, periodo en el que los novios acostumbraban a tomar hidromiel, para aumentar su fertilidad.

Elaboración

Los diferentes tipos de mieles y aguas, otros ingredientes añadidos, en caso de que los hubiera, y la pericia del hidromielero, darán lugar a una gran variedad de hidromieles. Los tiempos empleados en los procesos de elaboración y maduración, facilitarán la posibilidad de un consumo más inmediato o la conservación para un consumo posterior.

El proceso de elaboración del hidromiel es muy sencillo, si bien es necesario seguir atentamente todos los pasos para un óptimo resultado. Atendiendo a los distintos estilos: tradicional, con frutas, con especias o especial, será necesario seguir las indicaciones adecuadas a cada estilo.

Como norma general, en primer lugar, se añade el agua y la miel, calentando la mezcla para favorecer la disolución, obteniéndose el mosto.

A continuación, se trata térmicamente el mosto, bien hirviéndole o por pasteurización. De esta forma, por efecto del calor, reaccionan las ceras y proteínas de la miel, produciendo una espuma que debe ser retirada.

El siguiente paso es la fermentación donde, por la acción de las levaduras, el azúcar se transforma en alcohol etílico y gas carbónico. Durante la fermentación es necesario permitir la salida del CO2 impidiendo la entrada de aire del exterior.

Terminada la fermentación se deben separar los sedimentos producidos durante la misma, para evitar que éstos traspasen aromas desagradables y aporten turbidez. Esta operación es conocida como trasiego.

En este momento, la fermentación es más lenta debido a la menor cantidad de azúcar y en esta etapa mejoran las características organolépticas y los aromas.

El tiempo necesario para obtener la decantación de los sedimentos finos -restos de proteínas y levaduras- es de aproximadamente de unos 10 a 20 días, pasados los cuales debe procederse a una clarificación a base de coagulantes como la bentonita, la clara de huevo o las algas, entre otros. A continuación, puede procederse al embotellado.

El resultado final dependerá de las cantidades y tipos de miel y agua utilizados y el tiempo de fermentación.

Propiedades

El hidromiel puede beberse tanto frío como caliente, lo que no resta propiedades a la bebida. Producto muy energético, por la cantidad de azúcares provenientes de la miel, su consumo favorece la absorción del calcio, magnesio y otros minerales. Asimismo, se considera que puede contribuir al alivio de los dolores de garganta y contrarrestar las irritaciones o inflamaciones producidas en los procesos gripales. Al igual que la miel, se le atribuyen ciertas propiedades antibióticas.

Además, por su contenido probiótico, puede ayudar en situaciones de malestar estomacal y mejoras del sistema inmunológico.

Debido a la ausencia de gluten, puede ser consumido por personas celiacas.   

El grado alcohólico del hidromiel normalmente ronda entre el 10% y 12%, pudiendo llegar al 20% por lo que debe consumirse con moderación.

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