Las frutas y los productos hortícolas pertenecen a un grupo muy variado de alimentos que aportan una gran cantidad de nutrientes con un bajo contenido calórico. Son una fuente importante de vitaminas, minerales y fibra, así como de agua y compuestos bioactivos. Su consumo diario es esencial para mantener un adecuado estado de nutrición y salud.
Se trata de alimentos muy versátiles que pueden consumirse tanto frescos como desecados, cocidos o en conserva. Dependiendo de la naturaleza y de la forma de presentación, encontramos diferentes bebidas que armonizan con este conjunto de alimentos
Frutas
Este grupo comprende los frutos, las semillas o las partes carnosas de órganos florales, maduros y aptos para el consumo humano. Se caracterizan por poseer aromas y sabores muy particulares que combinan a la perfección con multitud de alimentos y bebidas. Estos sabores y aromas van a depender de la cantidad de azúcares y ácidos, de los taninos y de las sustancias aromáticas presentes en cada fruta.
Verduras y hortalizas
Las hortalizas abarcan todos aquellos vegetales comestibles que se cultivan en la huerta, siendo las verduras aquellas hortalizas cuya parte comestible son los órganos verdes –aunque es habitual utilizar ambos términos como sinónimos–.
En este grupo también pueden incluirse otros vegetales no procedentes de la huerta, como las algas o los vegetales silvestres. Las legumbres secas, por otra parte, se describen en un grupo diferente debido a sus especiales propiedades nutricionales y organolépticas.
Aunque, en general, los aromas de las hortalizas no son tan agradables e intensos como los de las frutas, también resultan bastante característicos.
Derivados de frutas, verduras y hortalizas
Con las frutas y las hortalizas se elaboran productos de diversa naturaleza, desde sopas y purés hasta encurtidos, fermentados o productos resultantes de la germinación de las semillas.