El níspero es un fruto redondeado de color anaranjado que es apreciado por su carne aromática, dulce y algo ácida. Se suele consumir en crudo, aunque se elaboran diversos preparados como mermeladas, pasteles o zumos. Se puede comer tal cual, o utilizar como parte de una preparación salada ( quiche, brocheta, pastel, etc). En las Bermudas se elabora un licor característico a partir de ellos.
Existen dos especies de nísperos diferentes, el europeo y el de Japón, aunque el más conocido es este último. Los frutos son redondeados o aperados con la piel de color amarillo-naranja muy fina y dura. La pulpa es aromática, de color blanco o anaranjado, carnosa y de sabor dulce algo ácido. Contiene varias semillas marrones de gran tamaño.



Propiedades
Se le conoce como» LA FRUTA DE LA BELLEZA» pues contiene betacarotenos, las cuales, una vez ingeridas, se convierten en Vit A, que contribuyen a la protección de la dermis, las uñas y el cabello.
El níspero es un alimento digestivo, diurético y depurativo. Apenas aporta nutrientes al organismo, aunque contiene potasio en cantidades apreciables y algunas vitaminas.
Aporta calcio, fósforo, magnesio y hierro. También contiene pequeñas cantidades de vitaminas 81, 82, 83 y C, Vit 86 y niacina.
Es bajo en colesterol y calorías, además de contener las cotizadas grasas monoinsaturadas como el omega 3 y omega 6, o al menos algunas variedades de esta fruta.
Orígenes: Desde China, pasando por Japón
El níspero es oriundo del sur de China y desde allí arribó a Japón, donde quedó bautizado como Eriobotrya japonica. Uno de los primeros en interesarse por este árbol y sus posibilidades ornamentales fue el capitán inglés James Cook. En su viaje de circunnavegación de 1770, transportó los primeros nísperos hasta Inglaterra y este país se convirtió en el puerto de entrada para el resto de Europa.
La localidad alicantina de Callosa d’en Sarriá fue una de las pioneras en su cultivo en España, gracias a un naturalista y botánico del lugar llamado Juan Bautista Berenguer y Ronda, que incluso llegó a dedicar una obra al cultivo del níspero del Japón. En esta zona encontramos la Denominación de Origen Protegida Nísperos d’en Callosa de Sarria, aunque hay que decir que hay otros puntos en la geografía española que nos abastecen.
Alba López
TARTA TATÍN DE NÍSPEROS

Ingredientes:
• 7-8 nísperos
• 100 g azúcar moreno
• 1 cda de zumo de limón
• 4 cdas de agua
• 1 hoja de pasta brisa o masa quebrada
• 1 recipiente redondo de 20 cm.
• Menta fresca
• Helado de vainilla
Elaboración:
- Empezamos por preparar el caramelo calentando el azúcar junto a alas cuatro cucharadas de agua y la de zumo de limón. Le damos unas vueltas hasta que se disuelto y lo dejamos a fuego medio
hasta que tome color. Lo retiramos y reservamos. - Pelamos y partimos los nísperos. Le sacamos los huesos y la piel interna blanquecina.
- En un recipiente redondo apto para horno ponemos el caramelo en el fondo. Añadimos por encima las mitades de nísperos de la forma que más que guste, haciendo un círculo.
- Opcionalmente se pueden cocinar los nísperos con un poco de mantequilla y dorarlos un poco antes de ponerlos en el molde. Yo los he puesto tal cual, sin pasarlos por la mantequilla. Como son piezas pequeñitas, se cuecen enseguida.
- Cortamos la hoja de pasta brisa a la medida del recipiente y lo cubrimos tapando los nísperos. El recipiente que he usado es de 20 cms. Puedes hacerlo también con una hoja de hojaldre.
- Alrededor de la masa por la parte que toca el recipiente he añadido pequeños daditos de mantequilla.
- Pinchamos la masa con un tenedor para que no se infle en el horno.
- Precalentamos el horno a 180 ° C y metemos la tarta durante unos 20-25 minutos.
- La sacamos del horno y ya la tenemos lista. Esta tarta se toma tibia o fría.
Sylvia T. Clarasó